Aunque sea un término complicado, la depreciación del doble saldo decreciente se considera como una buena idea para el ahorro previo sobre posibles gastos comerciales. Vamos a tratar de entender mejor qué es y cómo se puede aplicar esta fórmula para la mejora de las finanzas.
Tendremos que explicar algunos conceptos previos como la depreciación y el doble saldo decreciente. Pero, para ir adelantando, podemos decir que utilizando la fórmula del doble saldo decreciente es como se puede reducir el proceso de depreciación del valor de un activo en el tiempo.
De esta manera, se pueden aplicar ventajas como una mayor deducción de impuestos tras la compra de un bien. Esto lo podemos ver en bienes como vehículos, inmuebles o equipamiento: en definitiva, adquisiciones que pueden ser necesarias para el desarrollo de la actividad productiva de la empresa.
La depreciación
Explicar qué es la depreciación es relativamente sencillo. Si lo aplicamos a la vida como un ejemplo, podemos decir que es la pérdida de valor por el uso o el paso del tiempo de un producto o bien.
Si lo aplicamos en el ámbito fiscal, la depreciación podría entenderse como la cancelación de valor de un activo a lo largo de diferentes años fiscales. Este acto se declara en el formulario 4562 del IRS.
Hay diferentes formas de hacer esto. Una de ellas sería el método de depreciación de doble saldo decreciente. A este método también se le llama de depreciación acelerada.
El doble saldo decreciente ¿cómo entenderlo?
La mejor manera de entender cómo funciona el doble saldo decreciente es compararlo con el método más común de depreciación: el denominado de línea recta.
En un método de línea recta, todos los años se cancela la misma cantidad de depreciación. Por ejemplo, si un activo tiene un coste de 10.000 $, puedes cancelar 1000 $ anuales durante un periodo de 10 años. De esta manera, el coste de depreciación anual es constante y no se modifica.
Sin embargo, en un método de depreciación de doble saldo decreciente, será durante los primeros años de vida del activo cuando se realice un mayor gasto de depreciación. Esto se traduce en que al comienzo el gasto de depreciación es superior y en la finalización es muy inferior. No se mantiene estable.
¿Cómo es la fórmula para calcular el doble saldo decreciente?
La fórmula para el cálculo de un doble saldo decreciente no es compleja, aunque requiere algunas consideraciones.
Básicamente consistiría en multiplicar dos por la tasa de depreciación básica por el valor en los libros.
Por tanto, lo primero que deberíamos hacer es calcular cuál es la tasa de depreciación básica. Recuerda, esta sería la depreciación que se aplica cuando se utiliza el método de línea recta. Para obtenerla simplemente debemos dividir lo que cuesta el activo con el periodo de recuperación.
El periodo de recuperación sería lo que se considera de vida útil a un activo. Por su parte, el coste del activo es el precio que se ha pagado.
Cuando dividimos estos conceptos obtenemos la tasa de amortización anual básica. Si seguimos con el ejemplo anterior, 10.000 $ divididos entre 10 años nos daría una tasa de amortización anual de 1000 $.
Si se quiere calcular la tasa de depreciación básica podemos aplicar dos formatos:
- Dividir la cancelación anual básica entre el coste del activo: 1000/10.000 = 0,1
- Multiplicar el resultado por 100 para obtener un porcentaje 0,1x 100= 10%
De esta manera tendríamos la tasa de depreciación en línea recta que, en este caso sería del 0,1 o 10%.
El siguiente paso sería el cálculo del valor en libros. El valor en libros refleja la cantidad decreciente que se va restando en el balance según se cancelan las depreciaciones. Para verlo más claro: cuando compras el activo el precio de coste es el valor en libros, a medida que vas disminuyendo las cantidades con el paso del tiempo se va restando la cifra a dicho valor.
¿Por qué se utiliza el doble saldo decreciente?
Aunque existen algunas ventajas que se atribuyen a esta forma de reflejar la depreciación, la más importante es porque puede llegar a igualar los costes de mantenimiento.
Debemos pensar que muchos activos van a requerir con el paso del tiempo un mayor coste de mantenimiento. Por ejemplo, una flota de vehículos. El mantenimiento puede ser deducible de los impuestos. Al aplicar la doble depreciación decreciente, lo que podemos es obtener mayor deducción en los impuestos durante los primeros años, cuando realmente no estamos aplicando deducción a los costes de mantenimiento de la flota.
De esta forma, con el paso del tiempo, cuando cancelamos menos valor del activo nos podemos seguir beneficiando de la deducción fiscal que entonces se aplicará al mantenimiento.
Otro aspecto interesante es que puede ayudar en la reducción de las obligaciones tributarias. Esto lo entendemos cuando piensas que determinados activos van a generar más dinero tras su compra que otros. Por ejemplo, imagina un producto que debido a su desgaste con el paso del tiempo cada vez producirá menos.
Cómo tienes que pagar impuestos sobre los ingresos, la obligación tributaria puede reducirse si al principio cancelas el coste del activo impactando sobre su depreciación. Según pasa el tiempo, y las deduciendo menos del valor del activo y también ingresar al menos por lo que se logra cierto equilibrio.
¿Tiene inconvenientes la doble depreciación?
Sí, también existen algunos inconvenientes que deberías valorar sobre esta fórmula. El primero es obvio, necesitas realizar cálculos y aplicar método matemático. Por muy básico que sea, es necesaria una dedicación que no es tan importante en el método lineal.
De hecho, lo común es que esto se aplique a través de los servicios externos de profesionales de la contabilidad.
Por otro lado, otro factor que debes tener en cuenta es que predecir tus ingresos puede complicarse. Los balances no están equilibrados cuando aplicas un método de doble saldo. Por ejemplo, la depreciación de cada año va a afectar a tu flujo de efectivo. Esto puede hacer que sea más complicado predecir la evolución de los ingresos de tu empresa.
Por otro lado, tampoco se considera una gran herramienta para empresas que pueden tener cierta inestabilidad futura. Ten en cuenta que la factura de impuestos puede aumentar en el futuro ya que se concibe como una forma de ahorro a corto y medio plazo. Tal vez en el futuro necesitarás ahorrar sobre los impuestos y la aplicación de la doble depreciación te afectará en este sentido.