El G20: avances y desafíos en la tributación de los superricos

Brasil había planteado la creación de un impuesto coordinado a los superricos como una de sus prioridades al frente del bloque. Sin embargo, las 19 principales economías del mundo, junto con la Unión Europea y la Unión Africana, no lograron llegar a un consenso sobre este objetivo.

Compromiso de cooperación

El G20 se comprometió a “cooperar” en la tributación de los multimillonarios, aunque no llegó a un acuerdo para establecer un impuesto global sobre las grandes fortunas, según una declaración final emitida por los ministros de finanzas en Río de Janeiro.

“Respetando plenamente la soberanía fiscal, nos esforzaremos por cooperar para asegurar que las personas ultrarricas sean efectivamente gravadas”, señala el texto firmado tras dos días de reuniones en la ciudad brasileña.

La propuesta de brasil y el apoyo internacional

Brasil, bajo el gobierno del izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva y a la cabeza del G20 este año, había propuesto la creación de un impuesto coordinado a los superricos como una de sus prioridades. Pese a ello, no se alcanzó un acuerdo entre las 19 principales economías del mundo, la Unión Europea y la Unión Africana.

Además de Brasil, Francia, Sudáfrica, España y la Unión Africana mostraron su apoyo a la idea de un impuesto global a los superricos. Por otro lado, Estados Unidos rechazó la idea de negociaciones internacionales sobre el tema, abogando por la implementación de sistemas tributarios justos y progresivos a nivel nacional. Alemania también expresó previamente su escepticismo sobre la pertinencia de esta propuesta.

Una solución a medio camino

El compromiso de cooperar internacionalmente en temas impositivos representa una solución intermedia. “El solo hecho de constar en una declaración del G20” es “mucho”, comentó Fernando Haddad, ministro de finanzas de Brasil, al final de la cita. Haddad añadió que “las 20 naciones más ricas del mundo consideran que tenemos un problema, una tributación progresiva sobre los pobres y no sobre los ricos”.

La declaración final subraya que “las desigualdades de riqueza e ingresos socavan el crecimiento económico y la cohesión social, y agravan las vulnerabilidades sociales”. También resalta la importancia de “promover políticas fiscales efectivas, justas y progresivas”.

El texto menciona el intercambio de buenas prácticas y la creación de mecanismos para combatir la evasión fiscal como posibles formas de poner en marcha esta cooperación internacional. Estos temas deberán ser abordados en la cumbre de jefes de Estado y de gobierno del G20, prevista para el 18 y 19 de noviembre en Río.

La publicación de tres documentos

Las divisiones internacionales debido a las guerras en Ucrania y Gaza habían impedido en citas anteriores del bloque llegar a declaraciones conjuntas finales. Esta vez, gracias a la mediación de Brasil, se publicaron tres textos: una declaración específica sobre la cooperación internacional en materia fiscal, un comunicado final más extenso sobre todos los temas abordados y un comunicado que menciona las crisis geopolíticas, firmado únicamente por la presidencia brasileña del bloque.

Fernando Haddad calificó la publicación de declaraciones conjuntas del G20 como “una victoria de Brasil y de la comunidad internacional”. Añadió que “la cooperación internacional es el antídoto contra la escalada de conflictos”.

Otros acuerdos y compromisos

En el comunicado general, los ministros también saludaron el consenso para crear la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, un mecanismo impulsado por Brasil que será lanzado oficialmente en la reunión de líderes en noviembre. Además, afirmaron la crucial importancia de enfrentar la crisis climática y adoptar “acciones ambiciosas y efectivas” para combatir este desafío global.

Aunque el G20 no logró un acuerdo unánime sobre un impuesto global a los superricos, el compromiso de cooperar en la tributación de las grandes fortunas marca un avance significativo. Este esfuerzo refleja una creciente conciencia sobre las desigualdades económicas y la necesidad de políticas fiscales más justas y progresivas.

La próxima cumbre en noviembre será una oportunidad para que los líderes mundiales continúen trabajando en estas importantes cuestiones.

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