Durante estos días se ha estado hablando mucho sobre la ampliación de la brecha fiscal, y los problemas que esto generaría. A su vez, se hizo hincapié en las causas de su crecimiento y los fenómenos relacionados. En este sentido, vamos a explicar qué es la brecha fiscal a continuación.
Antes de hablar de la Brecha Fiscal en particular, es importante conocer cuál es la definición del término “Brecha”. En concreto, se define “Brecha” como una derivación del vocablo franco breka (“roto”), que se suele usar para denominar a una rotura, resquicio o abertura.
La palabra también se usa en sentido simbólico para nombrar al resquicio por donde algo comienza a perder su certeza o seguridad.
En términos de materia impositiva, la brecha fiscal es sinónimo de déficit fiscal o déficit presupuestario. En ese sentido, la palabra déficit hace referencia a una carencia de algo. Es decir que una nación está en déficit cuando el dinero que se ha utilizado en las transacciones es superior a aquel que se ha recibido, es decir a los ingresos.
Por ello, Brecha Fiscal es la diferencia negativa entre los ingresos y los egresos públicos en un cierto plazo determinado.
Entonces, la brecha fiscal aparece cuando los ingresos recaudados por impuestos y otras vías no alcanzan para cubrir las obligaciones de pago indicadas en el presupuesto.
¿Cómo se mide la brecha fiscal?
Para decir que el déficit o brecha fiscal ha crecido o se ha reducido es necesario tener un punto de medición, una vara de comparación. Por ello, para medir el déficit fiscal, la contabilidad nacional aplica diversos criterios respecto a los pagos, los cobros y las obligaciones. Por lo general, la brecha fiscal se califica o se juzga de acuerdo al porcentaje del Producto Bruto Interno (PBI) que representa.