Los cambios que Mark Zuckerberg ha impulsado en su proyecto empresarial, y que han derivado en el nombre Meta, tienen que ver con los metaversos como ya sabemos. Sin embargo, para la mayoría, los metaversos siguen siendo unos grandes desconocidos.
Aunque para algunos analistas el paso de Mark Zuckerberg pudiera parecer una especie de salto al vacío empresarial, lo cierto es que el concepto Metaverso es amplio y lo que engloba tiene un enorme potencial de crecimiento económico.
¿Qué son los metaversos con los que sueña Mark Zuckerberg?
Hay que empezar diciendo que no existe un único modelo de metaverso. Se trata de un concepto muy amplio en el que se mezclan elementos tan distintos como la realidad virtual, la inteligencia artificial o la vieja aspiración tecnológica de los mundos digitales alternativos.
Si hubiera que hacer una referencia algo más concreta (y sencilla de entender) podríamos decir que un metaverso es un universo digital en el que podemos entrar e interactuar en mayor o menor medida con lo que se nos proponga.
Por ejemplo, aplicado a un juego, un metaverso sería un mundo inmersivo, con libertad de movimientos, historias entrecruzadas y en el que el jugador dispusiera de libertad de acción y elección.
Un ejemplo de metaverso, como es SandBox, propone combinar la posibilidad de crear espacios propios y explotarlos desde un punto de vista lúdico o comercial. Por ejemplo, como jugador puedo crear un juego para que otros usuarios jueguen o disfruten, como marca puedo crear un espacio publicitario o comercial.
¿Por qué los Metaversos despiertan tanto interés?
Históricamente el ser humano ha tratado de eliminar fronteras tecnológicas o físicas. Navegar cada vez más lejos, escalar cada vez más alto, llegar a la luna, reducir componentes electrónicos a tamaños minúsculos, son ejemplos de la constante evolución y disrupción en la historia.
Los mundos digitales alternativos a la realidad cotidiana son una vieja aspiración tanto de la ciencia ficción como de la propia tecnología. Cuando en los años 80 del pasado siglo surgían varias películas ambientadas en este tipo de mundos alternativos, ya existían teorías científicas hacia la posibilidad de crear realidades paralelas basadas en la tecnología.
La aparición de Internet y la combinación de este medio con la realidad virtual y la inteligencia artificial fueron pasos fundamentales para avanzar rápidamente en esta vieja aspiración. Mark Zuckerberg no está siendo un iluminado cuando apuesta por un sector que apunta a ser uno de los más importantes en las próximas décadas.
La llegada de las cadenas de bloques, los contratos inteligentes, la implantación de los activos digitales han sido determinantes en cómo está evolucionando en la actualidad el concepto de metaverso.
Todo esto lo podemos entender más fácil si lo explicamos de modo sencillo: gracias a la cadena de bloques y a los contratos inteligentes ya podemos defender la propiedad dentro de un espacio digital. Aquello que se contrata o compra de manera virtual en un metaverso mantiene su propiedad y, más aún, puede llegar a gestionarse como una propiedad real a largo plazo. La aparición de los NFT no es ajena a esta nueva frontera tecnológica.
En los próximos años el volumen de negocio de los Metaversos se prevé que se multiplicará de manera exponencial. Mark Zuckerberg apuesta fuerte por hacerse un hueco de primer nivel en este sector, el tiempo dirá si su apuesta ha sido correcta o un error empresarial estratégico.