Continúa existiendo una gran preocupación por el crecimiento de consumo de refrescos en los más pequeños, así como en adultos también. En este sentido, uno de los municipios más alarmados al respecto es Texcoco, que lanzó su iniciativa para prevenir con un Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IEPS) de 20%, el cual secundan organizaciones como la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el Instituto Nacional de Salud Pública (IPNS).
Para tener una idea, se estima que cada mexicano bebe al año 163 litros de refresco, 45 más que un ciudadano Estadounidense, convirtiéndose así, en el primer país en compra de este producto.
En este sentido, además del gravamen sobre el consumo deberá realizarse una gran regulación de publicidad engañosa y continuar con las campañas de prevención ante los daños que ocasiona este tipo de bebidas.
Lamentablemente, durante los últimos 3 años, los mexicanos incrementaron 12% su ingesta de bebidas carbonatadas (refrescos), lo cual representó un crecimiento incluso mayor al de la industria en ese mismo lapso, que fue de casi 11%.
A pocos días de iniciar un nuevo ciclo escolar, en Texcoco se buscará reducir el consumo con un precio alto, pero de igual forma este aumento no debe de ser mal visto en los hogares, sino como un ejemplo de cuidar la salud de cada uno de los integrantes de la familia.
Pero la industria de bebidas carbonatadas, en su intento de no tener perdidas, ahora lanza cada vez más productos alternos, cómo agua embotellada y té. Pero sigue llamando la atención la cantidad de refresco que abaratan cuando es más. Cantidades que hacen que el consumidor compre sin una conciencia de salud.
¿Cómo afectará este impuesto a su bolsillo? ¿Dejará de comprar resfrescos?
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