Durante los últimos meses, el precio de los alimentos se ha convertido en un desafío constante para los hogares españoles, preocupación y dificultades financieras. La tarea de hacer la compra mensual se ha vuelto cada vez más costosa, alcanzando un aumento del 12% en comparación con el mismo mes del año pasado. Este incremento de precios supera con creces las modestas subidas salariales que se han registrado durante ese período de tiempo.
Es importante destacar que este fuerte encarecimiento de los alimentos, aunque aún presente, ha mostrado algunos signos de mitigación en los últimos meses. Sin embargo, es esencial reconocer que no todos los productos comestibles han contribuido de la misma manera a este fenómeno.
La inflación alimentaria: evolución y desarrollo
Algunos alimentos básicos, como el pan, la leche y los huevos, han experimentado un aumento considerable en sus precios, lo que ha impactado negativamente en los presupuestos familiares. Estos productos esenciales han presionado aún más la capacidad adquisitiva de las familias, ya que su demanda es constante y necesaria para cubrir las necesidades diarias.
Específicamente, durante el pasado mes, el 42% de la inflación interanual de los alimentos se atribuyó al aumento de precios de productos como la carne, el pescado, la leche, el queso y los huevos. Estos elementos, junto con el pan, los cereales, las legumbres, las hortalizas y la fruta, conforman el núcleo principal de la cesta de la compra en España.
La carne, por ejemplo, ha experimentado un aumento notable en su precio debido a diversos factores, como el incremento en los costos de los piensos y la demanda internacional. De manera similar, el pescado se ha visto afectado por la escasez de algunas especies y los costos relacionados con su captura y comercialización.
La leche, el queso y los huevos también han experimentado incrementos considerables en sus precios. Factores como la adquisición de la producción lechera, los costos de los insumos y el transporte han influido en su encarecimiento.
Al analizar el origen de la inflación alimentaria del 12% registrada en mayo, se puede apreciar que una cuarta parte de este incremento (equivalente a 3,2 puntos) se debe a los aumentos de precios en la carne y el pescado. Estos dos productos, que tienen un tipo impositivo de IVA del 10%, quedaron excluidos de las rebajas aprobadas por el Gobierno en el mes de enero. El Ejecutivo ha anunciado previamente su intención de prorrogar estas medidas antes de que expiren a finales de junio.
De hecho, se identifica que otros 1,8 puntos de la inflación alimentaria se atribuyen al aumento de precios en la leche, el queso y los huevos. Les siguen el pan y los cereales, que aportaron 1,6 puntos, y las legumbres y hortalizas, cuyo incremento de precios contribuyó con otros 1,6 puntos a la inflación del mes pasado. A cierta distancia, encontramos la fruta y los aceites, con una contribución de cuatro décimas cada uno. Los restantes 2,9 puntos corresponden a otros grupos de alimentos que tuvieron más contribuciones pequeñas en el aumento de la inflación.