Aunque nos parezca lo más extraño que podamos escuchar sobre la reforma fiscal 2014, un sector está dando la nota y se trata del agropecuario que dijo encontrarse dispuesto a pagar un Impuesto Sobre la Renta (ISR) de hasta 26% desde la tasa actual de 21% que tributan.
Hay que mencionar que dentro de la reforma fiscal propuesta se indica que las empresas dirigidas a actividades agrícolas, ganaderas y pesqueras tengan una tasa de ISR de 30%.
Claro ahora se aclara la cuestión. No les molesta pagar más ISR pero nunca la tasa máxima que pagaría una persona física o una persona moral común.
Por su parte, el sector ha propuesto un aumento gradual, y que no se elimine la exención del pago de impuestos a personas físicas con ingresos anuales menores a 40 salarios mínimos ni a personas morales con menos de 20 salarios mínimos.
Al día de hoy solamente los productores cuyos ingresos superan estos límites están obligados por ley a facturar y hacer una declaración anual.
La eliminación de esta exención impactaría principalmente a los pequeños productores, ya que no podrían soportar los costos que implicaría realizar en orden y forma su tributación, y el 80% de los productores en el país se ubica en esta clasificación, por lo cual la reforma hacendaria debería sensibilizarse ante ellos.
Como contraparte a la eliminación de la exención de 14% en los pagos de impuestos a la producción, el CNA propone que se establezca en 10%.
Entre los temas que inquietan, fundamentalmente, está el aumento de impuestos a personas morales, pues sumados a la gama de nuevos tributos daría un porcentaje de 47%, lo que dejaría fuera de competitividad a las empresas mexicanas.