Dentro del Senado de la República, el PRD empezó a negociar un nuevo gravamen. En concreto, se propuso un gravamen de 5% a los ricos, con características similares al Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU). Lo que se busca es poder compensar el hoyo de la reforma fiscal.
En concreto, lo que se está buscando es un impuesto de control para las más de 400 grandes empresas que operan en el país.
No es ninguna novedad para nosotros porque este tipo de gravámenes ya existe en otros sistemas fiscales, pero como no se había propuesto en ningún caso, estaríamos en presencia de una adición.
¿Cómo se llamará el impuesto a los ricos o empresas?
Según explican los senadores, no debería haber un tributo con ese nombre (impuesto a los ricos), pero tranquilamente, se puede decir que afectará a las personas de mayor poder adquisitivo. Esto se debe a que un impuesto no se debe recaudar por estratos sociales.
Por otra parte, este mismo sector del senado está planteando todo un capítulo de transparencia y rendición de cuentas y eficiencia en el gasto. Además de subir 1 peso más al impuesto a refrescos y aumentar de 5 a 8% el gravamen para comida chatarra.
Insistirán en modificar el tema de las deducciones de prestaciones para que se preserve 100% y rechazarán el IVA a autotransporte.
Entre algunas opiniones sobre la reforma es interesante leer la de la Asociación Mexicana de Contadores Públicos, donde menciona que hay puntos álgidos que recaen “nuevamente” en los que en la actualidad ya contribuyen, por ejemplo, desde el nivel del comercio establecido.
“Esperábamos una reforma que incorporara a los informales a la formalidad, cosa que no se dio. Siguen siendo los comerciantes establecidos los que van a sufrir las consecuencias de esta recaudación, que no se logra a través de la incorporación de la informalidad”.